He decidido hacer público los “osos” mi vida que mayores recuerdos me traen, por su carácter pueril y su naturaleza peculiar, que alguna vez me hicieron decir “trágame tierra” y cuyo recuerdo me causa cierto grado de hilaridad.
Años atrás, cuando estudiaba la carrera en la UAM – Iztapalapa, caminando entre el tumulto de gente y el aparente anonimato, noté con cierto asombro como sobresalían algunas risas del característico sonido de la multitud. El día anterior, cansado y hastiado, llegué tarde a mi casa únicamente para dormir, así que como todo buen macho mexicano que duerme sin amueblaje en el sótano por la comodidad que ofrece esa libertad, me quité mis pantalones con todo y todo, para así ponerme mi ropa de dormir (un mendigo short y una playera). Mis lindas y sucias trusas que aun usaba (aun no me refinaba) quedaron dentro del pantalón. Al día siguiente, por la premura me puse el mismo pantalón sin darme cuenta que los lindos calzoncitos habían quedado adentro. Y caminando por los pasillos de la universidad estos salieron por debajo y quedaron atorados solo de un extremo, así que yo iba caminando campantemente con aquella prenda atorada de la parte baja de mi pantalón, arrastrándolos. Lo único que inspire fueron las risas de los testigos de aquella bochornosa experiencia. Al menos los dejé pensando “¿cómo pudo quitárselos por debajo?”.
En otra ocasión, cuando trabajaba dando so-torpe técnico en lo que hoy es Prodigy, ya hace casi 10 años atrás, solía utilizar el teléfono para hablar durante horas larga distancia nacional con aparente impunidad (no me pregunten a donde), ante los ojos atónitos de mis compañeros que solo estaban esperando el momento en que me cagotearan, pues se me había hecho costumbre de todos los días. Crédulo como siempre, en medio de una de mis tantas llamadas, se me acerca un tipo trajeado que jamás había visto, altanero y con aires de poder, “¿podrías ser tan amable de colgar ese teléfono?”, “si aja, claaaaaro….” respondí en tono sarcástico mientras mis ademanes expresaban un “piérdete”. A los 5 minutos me dice “exijo que cuelgues ese teléfono, YA ¡!”. Me encabroné y me armé de palabras con él, grueso “que te pasa, quien te crees que eres, déjame de fregar, si tanto te urge hay otros teléfonos libres.” No sé, algo así recuerdo haber dicho e igualmente el me respondió una que otra palabra. Minutos más tarde nos mandan llamar a todos los del departamento para una reunión urgente. Una vez reunidos, entra el Jefe de Jefes que todos conocíamos, y detrás de él, el mismo individuo con el que había entablado una conversación de finísimo vocabulario momentos atrás. Recuerdo perfectamente las palabras de nuestro Jefe “Les presento al Director regional de Tecnología e Información de Telmex que viene a hacerse cargo de todas las áreas del edificio”. Glup ¡!
Llevo casi ya 2 años dando clase en mis tiempos libres (viernes y sábados) en la Facultad de Matemáticas de la UADY. En uno de mis tantos grupos me sucedió algo muy curioso. Desafortunadamente tengo un cinturón el cual después de cierto tiempo se afloja y éste simplemente se suelta abriéndose completamente cada cierto tiempo. Y tan entretenido estaba dando una explicación magistral, ahí parado frente al grupo, inspirado y con la mirada atenta de todos observando con aquellos ojos penetrantes para no perder ningún detalle, que en el momento del clímax, levanto los brazos, como quien acaba de terminar su actuación actoral frente a un público cautivador y…. adivinaste, se me abre completamente el cinturón cayendo mis pantalones ligeramente. Obviamente desperté la carcajada entera del grupo mientras comenzaron a cantar “mesa, mesa, mesa que más aplauda”. Lo tomamos con filosofía y al final todos reímos, pero QUE oso.
Y para finalizar, tal vez el más grande oso hasta ahora sea hacer públicas estas experiencias a la vista del mundo entero.
5 comentarios:
Yo creo que todos hemos pasado por algo similar...o no jaja..pero no te avergüences, recuerda que de osos a osos, nadie olvida la caida de Beyoncé en pleno concierto..o a Juanga...y que decir del respetable Presidente de los E.U. Mr. George Bush...
También acuérdate de el Super Bowl donde a la Jackson se le salió la teta...
jaja de plano no es unico oso que haces como usar muchas servilletas jaja en fin
Tus sospechas no eran ciertas, el anonimo no fui yo jaja, pero ahora si te pego un comentario:
Que me dices del dia que estabas con tu noviecita sentado en la esquina de las hamburguesas y llegaron los porros??? No recuerdo haberte visto hacer una cara apanicada tan chistosa como la de quella noche!
Me pareces genial, no cambies, lo escribes de la misma forma graciosa como lo cuentas!
Publicar un comentario