martes, 20 de mayo de 2008

El Último Suspiro. Acto 2

Continuacion de:

El Último Cabello. Acto 0
El Último Suspiro. Acto 1



Acto 2

La bitácora de Marco tiene mucho más que decir sobre el tema de la historia del tiempo y las singularidades espaciales de la compleja maquina en la Habitación, pero casi todo ello era ajeno y hasta ignorado por él. En particular, los apartados del análisis espacio-temporal antes y después de la activación eran desechados con singular desdén. Por esta razón abandonaremos la tarea de visualizar los efectos causados y seguiremos nuestro propio camino a la contemplación del máximo misterio que ha cautivado al hombre, en particular a éste personaje introvertido y solitario, el amor. Científicamente, reacciones químicas, compuestos, sustancias, envenenamiento y la consiguiente etapa de desintoxicación. Un cabello más. Románticamente, deseo, pasión, entrega, lujuria, el medio limón. Muchos podríamos decir que era lujuria confundida con amor, otros, un amor verdadero que ha llevado a Marco a entregar toda una vida en pro de lo imposible. Los poetas han agotado sus escritos, los músicos sus sinfonías y los enamorados encarnado todos los clichés conocidos, dando flores, serenatas, un corazón de chocolate o una peluche de peculiar color y forma para que su amor piense en ellos durante las noches, cuando entran al reino de los sueños abrazando aquel fetiche. Pero entre todos los intoxicados por el amor, Marco era diferente, a su muy peculiar forma de expresarlo, no con flores o poemas, ni de una costilla, si no de un cabello, lograba cada noche fundirse en los brazos de su amada.

Por supuesto el proceso no era normal, y él lo sabía muy bien. Aquella mujer lograba explotar a la existencia cada noche por nuestro poeta del átomo, que poseía un poder especial, capaz de recrear con un solo cabello a su mujer ideal. La mujer que sin proponérselo le robaba el aliento y la mirada, sola en la distancia existiendo solo para él, contoneando sus caderas al caminar, y esto le satisfacía casi completamente. Era como debía ser. Pero la misma satisfacción de la creación ahora era su peor pesadilla y ni siquiera pensaba en eso, pues la cuestión misma radicaba en la ironía más grande que un hombre pueda vivir.

Y ahora que regresaba de su decimo viaje en una semana, de los suburbios de la ciudad, fuera del escondido sector donde se encontraba su laboratorio, el poeta del átomo y ejecutor de la máquina de La Habitación, reflexionaba con inusitado optimismo sobre el ultimo cabello que guardaba desde hace ya unos días. Tanto poder, y lo único que necesitaba realmente era valor para mirar a Lucia a los ojos, sonreírle. Acercarse a ella hubiera hecho una diferencia. Marco bajó del tren suburbano abriéndose paso entre la gente que caminaba indiferente a su alrededor, llevaba las manos dentro de su pantalón y su mirada iba siempre fija al piso, pues temía pisar algún material viscoso que manchara sus zapatos. Caminó casi 200 metros por el andén en forma de medio tubo, lleno y bullicioso. Sabía que detrás de las cámaras de seguridad, observaba vigilante, un sistema de inteligencia artificial que pondría su atención en él si se le ocurría correr o ir más de prisa que el resto de las personas. Adelante se encontraba una fuente de luz inconfundible. Sus pisadas resonaban suavemente en sus oídos mientras se aproximaba a la salida, cuyas columnas sostenían una gran estructura de metal y concreto que captaba la luz del sol para redirigirla al interior e iluminar todo el complejo subterráneo, que caracterizaban la arquitectura post modernista surgida tras del auge del desarrollo sostenible. Le gustaba ver el contraste formado cuando se pasa de un lugar con poca o mediana luz, a un lugar bien iluminado.

En el fondo, se encontraba una mujer, una mujer solitaria que parecía estar esperando a alguien, de cuya inesperada presencia, dependía, sin saberlo aun, el destino de todo lo conocido y desconocido. Sintió una perturbadora familiaridad. Caminando con indiferencia pasó a su lado sin voltear a verla, pero de re-ojo le dio la impresión que tenía la misma complexión y estatura de Lucia. Pronto se vio de frente con un sol abrazador. Levantó inútilmente su brazo en un intento de cubrir los rayos solares que iluminaban la inconmensurable metrópoli que se erguía soberbia en el horizonte. Algunos edificios eran tan altos que parecían tocar los cielos. Todos ellos construidos para albergar a la ya crecida población de la ciudad que no se daba abasto. El crecimiento horizontal era poco viable pues ya se había agotado todo espacio disponible a sus alrededores. Siempre que un nuevo visitante llegaba, podía observar desde la distancia aquella obra máxima del hombre, símbolo y logro monumental de la sociedad moderna; la arquitectura llevada a su nivel más alto. Puentes y arterias optimizadas para el rápido flujo de vehículos, conexiones estratégicas con los centros neurálgicos, centralización de poderes. Incluso podía distinguirse con perfecta claridad desde el espacio, como puntos brillantes parpadeantes concentrándose como enjambre en una de las ciudades más grandes del mundo. Todo ello no era para Marco, que prefería la relativa quietud de vivir en las afueras de la gran urbe.

Como detestaba la luz. Su laboratorio se encontraba cerca y comenzó a caminar contando los pasos que requería tomar cada bloque que era dividido por líneas horizontales que se repetían cada 6 metros en el aquel suelo de concreto gris, calentado por los rayos del sol. Apretaba la mandíbula en lapsos casi cronométricos y sus manos jugaban discretamente dentro de sus bolsillos mientras repasaba el último cambio que haría en la máquina de La Habitación, para estar seguro que podría compartir con su amada el mayor tiempo posible, antes de que se fundiera en un soplo de polvo y pavor. Que vacías eran las vidas de las personas que se cruzaban en su andar; entes programados por el tiempo, automatizados para realizar la misma tarea cada día de la semana una y otra vez, destinados a vivir en la monotonía y la falsa sensación de felicidad. Pero el tenia el poder supremo en sus manos y lo sabía. Sabía que con el apretar de un botón, podía crear vida, amor, felicidad, ilusión. Ilusión… ese era su mayor problema. Avanzó por la larga y reluciente avenida que conducía al pequeño complejo habitacional, que en sus días fuera un paraje virgen, exuberante en vegetación y fauna silvestre, el que más tarde sirviera de refugio para los descendientes de la primera generación del grupo de los 5, que en sus tiempos migraron fuera de las grandes ciudades decididos a construir viviendas cerca del origen, cerca de la naturaleza, en armonía con la energía del planeta. Y lo habían logrado. Las construcciones de aquel lugar aprovechaban el calor del núcleo planetario, ondas sísmicas, fuerzas eólicas y solares para generar electricidad.

La Habitación era un caos. Cientos de papeles crujían a cada paso bajo la presión aplastante de sus pisadas que iban de un lugar a otro. Controles, cables, computadoras, luces parpadeantes en paneles empotrados en las paredes en un bonito juego de contrastes. Pronto vería a Lucia por última vez, despedirse y disculparse por no haber llegado a tiempo, por no aceptar que era una persona real, que se dejó llevar por la tentación de vivir una fantasía poderosa y cautivadora, ignorando el hecho de que no existe sustituto de la sensación de calor que subyace entrelazando sus manos con las de la verdadera ella. Luego se retiraría al autoexilio, para vivir en ostracismo voluntario de la humanidad. Sin saber aun lo que estaba a punto de causar, comenzó a realizar ajustes re direccionando todos los conductos de energía al núcleo de la maquina. La gran esfera del centro estaba cubierta por un manto de distorsión electromagnética que producía un efecto visual parecido al que se aprecia cuando se observa un objeto a través del agua. Luces amarillas y rojas iluminaron el centro del complejo subterráneo mientras el resto caía en la penumbra. El silencio era únicamente perturbado por las vibraciones del sonido casi subsónico que producía la gran esfera, y sus pasos agitados de un punto a otro denotaban una evidente ansiedad. Repentinamente, segundos antes de desencadenar el gran evento, Marcó se sentó a escribir las últimas palabras que diría jamás a Lucia.

“Perdí ya la cuenta de cuántas noches quise decirte, y opté por un destino distinto, un tiempo y un espacio que no compartimos, una ilusión transitoria hecha materia. En ese tuerto e inseguro olvido no encontré más que un destino inefable de oscuridad y tristeza. Y no puedo dejarme de culpar, dejar de pensar en el hubiera, ese temido y horrible tiempo en el que destilamos lo que nunca habremos de ser. “

“Ya había aceptado ese futuro borroso, cubierto por la bruma cegadora de la incertidumbre y de la vida superficial en la que la existencia desprovista de propósito, no vive los días, simplemente los deja pasar. “

“Incluso me olvidé de cómo era... olvidé al poeta, al filósofo, al científico, al amante que hace tantas lunas sonreía a tus espaldas tras tomar tu cabello y en secreto evitó confesarte esos suspiros y esos anhelos de compartir la vida contigo, la niña de los ojos mas lindos que osaron verme con ternura celestial aquellas noches en las que jugué a ser Dios, cuya mirada hubo removido de mis entrañas la inspiración y poderes divinos. “

“Pero qué extraños son los laberintos del tiempo y del destino, cuán difícil e irrevocable es el porvenir que nos forjamos en las noches que vieron disipar nuestros suspiros. “

“Y perdido en esos laberintos, perdido en ese ominoso bosque sin fin, vuelve una vez más tu voz y tu mirada como un rayo de luz para recordarnos, para re-encontrarnos por última vez. Soporto la carga de ese camino sin rumbo, sin mapa y sin brújula para orientarme... sabiendo tan sólo que en algún lugar del tiempo existes, como una estrella cuya luz podría guiarme. “

“El veneno de mi corazón es profundo y tal toxicidad me hizo afirmar muchas veces que no existe el amor, que es una quimera inventada para engañarnos y servir los propósitos de dioses locos. No obstante, ahora sé que no sé si es amor, pero si sé que eso es lo que busqué contigo... los días luminosos, las risas y las charlas compartidas, la fuerza mutua para elevarnos de la burda trivialidad del día a día. “

“Pero la ternura, calidez y amor de un beso tuyo ha sido el antídoto de ese veneno irrefutable... Un instante en el universo plasmado por siempre en la roca que La Mano Que Lo Escribió Todo ha creado para lapidar la historia del tiempo. ¿Cómo enfrentaré el Laberinto? ¿Cómo encararé los días en los que sé cuál es mi lugar y mi tiempo, un lugar y un tiempo en el que no estarás más? “

“¿Cómo superar la abyección? ¿Cómo controlar las fuerzas que nos sumergen en el olvido? Y evitar convertirme en un hombre fracasado y un soñador pisoteado, sin futuro... te pido perdón Lucia, no he llegado a tiempo.“

“¿Estarás ahí mi niña? ¿Serás mi estrella y la madeja de hilo con la que puedo volver del laberinto?”.

No había marcha atrás. Con el último cabello tomado por unas pequeñas pinzas y paseándolo por el aire con delicadeza, caminó hasta el centro y lo colocó sobre aquella superficie negra. Fue absorbido al instante y varios conductos especialmente diseñados para la tarea, comenzaron a filtrar el aire circundante. Grandes vibraciones azotaron el complejo. El aire fluyendo por los conductos pasaba tan rápido como lo hace en una turbina de avión, y la distorsión electromagnética visiblemente estaba afectando la forma en que la luz viaja por el espacio, curvando los objetos que estaban en su radio de visión alrededor del núcleo. Su corazón palpitaba con tal ansia y su concentración estaba tan perpleja esperando a que apareciese ella frente a él, que todos estos efectos pasaron desapercibidos, lo cual en otro tiempo, hubieran provocado una emoción casi infantil. Tampoco se dio cuenta que todo a su alrededor se había detenido, la caída de polvo, las luces en rojo, los indicadores en los diversos monitores con graficas que indicaban una serie de parámetros, congeladas, vibraciones pausadas, el tiempo se había detenido. Incluso la hoja de papel en la que había escrito las últimas palabras que compartiría con Lucia y que había resbalado del escritorio, se encontraba suspendido junto a él, flotando; era como si la realidad se hubiera cristalizado en un enorme entorno de hielo, todo menos él. Apenas caía en la cuenta de lo que sucedía cuando apareció ella frente a sus ojos, desnuda, radiante. Se apresuró a tomarla entre sus brazos pero ella lo apartó antes de que él pudiera hacer o decir cualquier cosa.

- Marco, no tenemos tiempo que perder, por lo visto has activado la maquina una última vez. – Se apresuró a salir del núcleo de la maquina – No debiste traerme de vuelta ¡
- Lo siento mucho, he llegado demasiado tarde y tenía que verte aunque fuera una última vez y decirte que lo todo lo que… - Súbitamente se detuvo. Asombrado y perplejo sus ojos recorrían cada centímetro de La Habitación en un intento por entender que ocurría.
- Si, el tiempo se ha detenido. No podía darte detalles porque podía, y aun puedo, alterar la continuidad del tiempo y producir una paradoja que alteraría la realidad de tal forma que nos sería imposible regresar al punto de origen; supongo que ahora eso es irrelevante. Y ahora no hay marcha atrás. Hemos detenido el tiempo para poder decirte lo que sucede. Ignoro si aun podamos arreglar la realidad…
- No entiendo, ¿qué es lo que está ocurriendo?, ¿dónde nos encontramos?, ¿de dónde vienes realmente?. – Decía sombrado, con evidente desesperación.
- Cada vez que activas la maquina, se producen cambios en las fluctuaciones de las líneas del tiempo, produciendo cruces, en cuya intersección, partes de una realidad pasan a la línea paralela adyacente y viceversa, generando mundos irreales donde el tiempo y el espacio pierden balance. Yo he estado trabajando toda mi vida en estudiar los mecanismos de los viajes en el tiempo y el espacio y hace años detectamos anomalías que estaban cambiando la realidad de formas no predichas por nuestros modelos. La última anomalía se llevó a cabo hace 10 años. Hoy para ti.
- ¿Quieres decir que vienes del futuro? Pero eso es imposible, yo recreo materia modelando a nivel molecular cada componente físico de la persona y…. – fue interrumpido rápidamente.
- ¿Y como crees que tengo conciencia de todo lo ocurrido? ¿Que tengo recuerdos y en cada creación comparto en mi memoria las vivencias de cada encuentro? – Marco la observaba boquiabierto – Si, mi conciencia viene del futuro y se ha materializado en este cuerpo que has creado cada noche y cada día, con cada cabello. He viajado a través del tiempo y del espacio para estar contigo e incentivarte en la tarea de buscarme en el presente, así fue como nos conocimos y es un ciclo que se ha repetido por siempre. Ignoro si nos conocimos porque me recreabas, o si al recrearme fue que nos conocimos, pero si sé que ahora todo eso puede desaparecer, junto con todo lo que conocemos del mundo, el ciclo se ha roto.
- Pero, pero… tú has muerto. No pude encontrarte la ultima vez y por eso te he traído de vuelta, para despedirme, decirte que lo siento mucho, vi tu lapida en el cementerio y mi corazón…
- Tu corazón está conmigo, siempre lo ha estado, te he amado desde que te conozco, no puedo darte detalles porque podría alterar más el futuro, pero ahora compartimos tiempos y lugares distintos. Lo que has visto en el cementerio fue un cruce con otra línea, en otro espacio y otro tiempo. Los efectos causados por tus experimentos se presentan pocas horas después de su activación, por ello debías darte prisa para encontrarte conmigo, antes de que saltaras a otra realidad donde yo no existo mas. Las primeras veces tomaba pocos segundos antes de volver a tu realidad original, pero este tiempo se fue incrementando después de cada creación de forma exponencial, pasando a varios minutos, horas, días, tomando varias semanas en la activación previa a ésta. Espero equivocarme, pero mis análisis indican que ésta vez los cruces no volverán a la normalidad. Hace 10 años que hice aquel viaje para advertírtelo, pero no pude hallarte.
- Entonces eras tu en la salida del Tren Suburbano quien me estaba buscando ¡! Ahora lo comprendo. Tú, es decir, tu –yo- actual detectó la anomalía y se encuentra buscándome en estos momentos, aun sin conocerme, sin saber quién soy.

No lo podría creer, todo este tiempo pensando en lo que pudo haber sido y ya no era. Todo este tiempo perdido buscando explicaciones para justificar lo que sentía y lo que no, tratando de darse valor para encararla y acercarse. No. Prefirió consolarse en el placebo de una irreal fantasía transitoria, una ilusión creada como remedio para aliviar los síntomas del verdadero mal que le aquejaba, sin atreverse a vivir en carne propia la sencilla solución al problema. Verla directamente a los ojos y presentarse. Marco continuo hablando.

- Pero si estás aquí, ahora, significa que nos conocimos y que en el futuro hemos de estar juntos. Pero la activación de la maquina ha producido otra anomalía que podría dejarme para siempre en una realidad en la que no existes más ¡! Sin embargo esa misma anomalía fue la que te ha motivado para buscarme y evitar que active la maquina…
- Así fue como nos conocimos, como te dije, o al menos es el recuerdo que tengo, el cual pudo haber cambiado tras cruzarse nuestras líneas de tiempo. Es paradójico, lo sé. Debes apresurarte y encontrarte conmigo, mi –yo- de este tiempo, convencerme de lo que está a punto de ocurrir, porque una vez que éste cuerpo desaparezca, mi consciencia volverá a su tiempo, pero a una realidad donde tú no existes para mi, y perderé todo recuerdo de lo ocurrido sin tener la posibilidad de regresar nunca más. Estaré en otra realidad, con otros recuerdos, desconociendo todo lo que ha ocurrido y tú en pocas horas, saltarás a una realidad donde yo he muerto antes de conocernos.
- ¿Y que debo hacer cuando te vea?
- Debes convencerme de lo que está sucediendo, encararme, verme a los ojos y decirme cara a cara todo cuanto sabes, todo cuanto sientes, atreverte a dar el último paso y enfrentar la realidad que has tratado de evitar todo este tiempo, pero sin mencionar nada de nuestro amor. Yo sabré que hacer.

Ambos fijaron sus miradas en el otro, y a pesar de que todo se encontraba en una burbuja espacio-temporal que los aislaba de cualquier cambio en el flujo temporal, el tiempo se detuvo dentro del tiempo mismo. Ignorando si podría corregir el rumbo, comenzó a leer lo que había plasmado momentos atrás en aquella hoja de papel. Ella derramó una lágrima que permaneció suspendida centímetros antes de tocar el suelo. Marco cerró los ojos y antes de que sus labios pudieran siquiera estar un nanómetro de distancia, se escuchó el estruendoso golpe de la lágrima sobre aquella superficie lisa, desencadenando la subsecuente reacción de sonidos que estaban impasibles ante aquel fenómeno artificial.

El tiempo continuó corriendo, y sin saber cuánto le quedaba, pudo escuchar el último suspiro de Lucia para darse cuenta que ya no se encontraba ahí.

viernes, 2 de mayo de 2008

El Último Suspiro

Esta historia es la continuación de El ultimo cabello. Recomiendo leerla antes de involucrarse con la siguiente historia.


Acto 1

Su nombre era Lucia. Era curioso como desde pequeña, las fantasías sobre la profesión que tendría cuando creciera no encajaban con la de ama de casa, veterinaria, princesa, como el resto de los niños que jugaban a rescatar de lo alto de la torre a la damisela en peligro, en una batalla épica contra dragones y criaturas fantásticas, irguiendo una espada, cabalgando a toda velocidad usando palos de escoba. No, Lucia soñaba con ser doctora, portar su bata blanca y llevar a todos lados un expediente clínico en manos, mientras pensaba que su trabajo le daba la oportunidad a muchas personas de vivir, tal vez algún día podría hacer algo para salvar al mundo. Había crecido al lado de su padre, rodeada siempre de libros, herramientas y tubos de ensaye que utilizaba para preparar deliciosas bebidas a sus pacientes ficticios. Afortunadamente estos no se quejaban, así para ella, sus bebidas producto de una mezcla de agua, tierra, azúcar, y mercurio le parecían deliciosas. Lo único que le pedía su padre era que lavara y guardara bien a sus muñecos antes de irse a dormir y que por más suave y escurridizo que fuera el mercurio, jamás intentara metérselo en la boca, jamás lo hizo. Al despertar, daba un brinco de la cama y salía corriendo al horno de juguete. Después de repetidas experimentaciones con cambios en las proporciones de sus elementos, la formula estaba lista y tenía que probarla, pero sus pacientes eran demasiado inertes y callados y por mas que les preguntaba si había funcionado, la respuesta siempre era un silencio absoluto. Lucia recuerda muy bien ese día, cuando se pasó llorando toda la tarde en el jardín de su casa, sobre la tumba de un pequeño hámster, el cual había muerto de una severa intoxicación después de probar su formula en un ser viviente. Se prometió no dejar morir a ninguna criatura nunca más.

Y ahí estaba, parada frente a un monitor cuya fuente de luz titilante y tenue iluminaba su rostro en un juego extraño de colores. La alarma sonaba y Lucia rápidamente movió los interruptores de un panel aledaño a la computadora, donde cables y tubos de formas y tamaños distintos interconectaban a toda la estación de trabajo, pasando a través de otras computadoras y estaciones de trabajo donde luces de emergencia parpadeaban al unísono. Cuando terminó de mover el último interruptor, toda la estación quedó completamente a obscuras, excepto claro por aquel monitor en el centro de todo el complejo. Podía percibirse un fuerte zumbido como un enjambre de mil abejas, ella sabía que era la energía del núcleo que se había estabilizado, y sin embargo, algo iba mal, muy mal. Su bata blanca y sucia, gafas y un desarreglo personal de días no impedían que en la doctora destacara su atractivo, incluso bajo tales condiciones de estrés podría decirse que su seguridad y determinación en tiempos de crisis, la hacían verse sexy. Mirada penetrante, concentrada; se chupaba los labios al momento en que parecía pasarle una idea por la mente y los dedos se movían con agilidad sobre el teclado y los controles, como si hubiera memorizado una sinfonía completa la cual se toca con botones y contactos, en lugar de teclas y cuerdas. Después, silencio absoluto. Apenas contaba con 32 años de edad, pero su profunda pasión por la ciencia y el deseo de hacer algo grande por la humanidad, desarrollaron en ella una habilidad extraordinaria para aprender y resolver los problemas más complejos jamás planteados con anterioridad, en las áreas de la medicina, física, química, biología y un sinfín de materias más. Fue la mujer más joven del mundo en obtener los premios más prestigiados de todas estas ciencias y contaba con el apoyo financiero de muchas instituciones dedicadas a la investigación. Cualquier problema tiene solución, pensaba, pero nada la tenía preparada para sopesar el pánico que corrió por sus venas al leer en aquel pálido monitor, lo que sin saberlo aun, podía cambiar para siempre la vida de todos los seres vivientes, y no solo de la Tierra.

[Discontinuidad del Campo Temporal detectado…
Detección de la anomalía espacio-temporal en cuadrante desconocido…
Nivel energético espacio-temporal estabilizado…
Estimación a futuro de la discontinuidad: Purificación de las líneas del tiempo]

- Esto no puede estar pasando – Susurró Lucia, lo dijo en un tono tal, que parecía que hablaba sola – ya van 2 veces que ocurre esto en menos de un mes, y cada vez se pone peor.
- Doctora, pero la frecuencia parece irse reduciendo con el tiempo – dijo rápidamente el técnico ayudante – según estas estimaciones, la anomalía parece ir en disminución de frecuencia de aparición y…
- Claro – interrumpió rápidamente – pero que no has visto los resultados del nivel energético del campo temporal de Chronos? Hace unos meses que comenzamos con los experimentos de tele transportación y viajes en el tiempo, los niveles se mantuvieron relativamente estables, sin variaciones importantes; ahora cada vez que se dispara la anomalía, llegamos a niveles críticos.
De continuar así, las variaciones energéticas pueden ser tan grandes que se generaría una paradoja en el flujo natural de la línea temporal según estas predicciones.
- Quiere decir que las líneas del tiempo de todas las posibles realidades cuánticas podrían cruzarse?
- Si – dijo tajantemente Lucia, mientras continuaba inspeccionando los equipos sistemáticamente. Una hoja salió de un panel lateral y ella lo tomó rápidamente - y no solo eso, si no que seriamos incapaces de separar y distinguir cada una de las realidades, podríamos terminar en situaciones inimaginables sin ser capaces de dar marcha atrás, mira.

Ella mostró la hoja de papel a su ayudante como quien sostiene el pergamino de la verdad absoluta de la vida, y no existiese ninguna otra posibilidad fuera de lo que aquellos símbolos y letras denotaban. Como un cardenal sostiene la Biblia frente a un grupo ferviente de creyentes.

- Cada cuadrante describe el comportamiento a corto y largo plazo de las fluctuaciones energéticas que se dan cada vez que activamos la maquina. En la parte de abajo puedes observar que durante el pico máximo de ejecución, que es cuando realizamos una tele transportación en el tiempo o el espacio, las graficas salen casi completamente del rango.
- Probablemente debamos emplear una escala mayor. Hemos tenido antes estos cambios…
- Estamos en la escala mayor ¡! – interrumpió rápidamente – ¿Pero que no te has fijado todavía? Observa la fecha de los picos máximos; simplemente no tiene sentido.

Su asistente la observaba con incredulidad. Ella continuó, explicando con hastío.

- No hacemos pasteles dentro del núcleo, el proceso es mucho más complejo. Hasta hace poco la única forma conocida de viajes espacio-temporales, era a través de singularidades en el espacio profundo y lejano al cual no tenemos acceso, y cada punto de acceso tiene un destino predeterminado, las conexiones ya cuentan con un origen y destino predefinidos al momento de su creación. – Hablaba rápidamente mientras continuaba viendo los resultados impresos y apretando botones aquí y allá – Lo que hacemos es generar dentro del núcleo un universo bebé y crear una singularidad dentro de él, condensando la materia a niveles infinitamente grandes. Esto dobla el espacio circundante generando una conexión en otro punto del tiempo con éste universo…
- Eso lo entiendo, sé la teoría del funcionamiento de la maquina – parecía un poco impaciente por saber a donde quería llegar la doctora - luego para determinar el punto de destino se abre otro universo bebé en el lugar donde se desea ir, correcto?
- Así es, por eso solo podemos enviar gente a otro punto del espacio en donde exista un universo bebé gemelo, o bien, a través del tiempo en el mismo punto del espacio; pero ese no es el punto; la cuestión está en que estamos presenciando efectos secundarios que no habían sido predichos por los modelos de simulación… - hizo una pausa de varios segundos, suspiró acongojada, tenía la mirada perdida y con sonidos casi imperceptibles continuó – y… esto, no tiene sentido alguno.
- Doctora, hemos estado antes en situaciones similares, siempre existen efectos no predichos por la naturaleza misma de los experimentos…

Lucia lo interrumpió, tranquila pero tajantemente, y con toda la calma del mundo, sin mostrar ninguna perturbación en su tono de voz o semblante, dijo “Si, hemos tenido efectos secundarios no predichos en alguna etapa de experimentación, siempre después de la activación de Chronos, pero que no ves que no lo hemos activado en 2 meses… ?!”. Su ayudante palideció al instante, tenia la mirada fija en la doctora, abrió la boca como queriendo decir algo, pero la impresión del momento lo dejó paralizado. Pasaron los segundos y antes de que pudiera articular una palabra, ella finalmente puntualizó.

- Así es, algo externo está causando divergencias temporales, y creo haber encontrado el origen. Solo espero que tengamos tiempo de prevenir la próxima anomalía. Si la tendencia no varía…. – respiraba con dificultad, su pulso acelerado. - … y la anomalía se repite una vez más… se creará una paradoja que podría cambiar todo el universo tal como lo conocemos, y nos queda poco tiempo…

Las luces regresaron a la normalidad, solo había una posible solución y ella lo sabía. Era arriesgado pero había demasiado en juego y no se podía permitir que toda la vida existente sufriera los efectos de una distorsión de éste tipo.

No muy lejos de ahí, se encontraba el, saboreando su dolor, dejando correr las lagrimas que se confundían con la lluvia que le salpicaban el rostro. El nauseabundo olor no importaba, sus heridas en las manos no eran nada comparadas con el dolor que sentía su corazón, la había perdido y el último cabello que yacía en La Habitación era solo un placebo que le permitiría tenerla una última vez para no saber de ella por el resto de la eternidad, que vida es vida si no puedes mirarla a los ojos y poderle decir un te amo, sin poderse fundir en el aire y los átomos del espacio inexistente en un abrazo que detiene el tiempo y toda realidad adyacente deja de existir. Será eso amor? Será posible que una persona que siempre ha racionalizado todo proceder en su vida pueda decir con toda certeza que amó con pasión y locura, a pesar de no haber estado nunca con ella realmente? Que importaba aquello ya, la soledad que ha sido su compañía, seguirá junto a él acompañándolo hasta el final. La ciencia suprema en busca del misterio supremo, la mujer, había fracasado. Ya no tuvo más fuerzas y cayó rendido encima del lodo justo después de terminar de leer lo que estaba impreso en la lapida “… que siempre llevaremos en nuestro corazón y recordaremos por siempre. Te amamos… Lucia”.



Continuación: El Último Suspiro: Acto 2