martes, 26 de marzo de 2013

Pensamiento mágico, irracionalidad y religión

Frecuentemente escucho o leo comentarios acerca de la validez de toda opinión en un debate. Que deberíamos respetar cada punto de vista y tomar todos los diferentes acercamientos a un problema como aspectos igualmente válidos. Específicamente hablando de religión, me veo con frecuencia cuestionado y criticado por mi aparente ateísmo, donde se me culpa de no respetar a las personas que tienen dichas creencias, simplemente por cuestionar su credibilidad.


Antes de continuar, he de aclarar que no estoy peleado con llevar una vida espiritual cuya búsqueda sea motivada por encontrar la paz interior y un equilibrio interno que nos permita vivir lo más sanamente posible, física y mentalmente. Con lo que estoy en total desacuerdo es con la irracionalidad cómoda, la estupidez, el fanatismo y las personas que se aprovechan de los ignorantes y necesitados para su beneficio económico, que bajo engaños venden desde milagros para quitarse “el mal de ojo” o curarse de cáncer, hasta un “boleto/paquete” todo incluido con parada directa al cielo por hincarse ante un padrecito y, dar el diezmo (sin limosna no hay paraíso).


Y la cosa no seria TAN TAN grave si las consecuencias de dichas acciones se quedaran únicamente en quitarle el dinero a la gente bajo engaños. No, las consecuencias van mucho más allá del robo vil y descarado, de lo cual hablaré un poco más adelante.

Me he topado con personas que se sienten particularmente agraviadas porque según ellos no soy equitativo, al desechar sus argumentos por no considerarlos igualmente válidos como otro punto de vista que trate darle un sentido a lo que no entendemos del todo, ya sea por ignorancia o ceguera mental. En temas cualitativos donde la subjetividad es parte fundamental del hecho a discutir, cualquier punto de vista es valido, por ejemplo, se puede debatir por qué la habitación debe pintarse de verde y no de azul, y sin entrar en aspectos de la psicología del color, cualquier color es válido; verde, amarillo, rosa chillón, dependiendo del gusto de cada quién. Hay equidad de opiniones, que pueden ser contrarias unas de otras pero todas tienen el mismo valor.

Lo mismo NO puede aplicarse a aspectos medibles y comprobables, y al hacerlo, es la base fundamental (y erronea) de debate entre creyentes y no creyentes. El que las personas de fé, pretendan dar el mismo valor a una creencia subjetiva (y la mayoría de las veces irracional) que a aspectos científicos perfectamente comprobables. Me explico: El que una persona crea que la Tierra es plana y se encuentra suspendida sobre cuatro pilares que descansan sobre cuatro elefantes parados sobre una tortuga gigante, que a su vez flota en un océano infinito, no es una opinión igualmente válida, a la cual se le deba dar el mismo valor y peso, que al conocimiento que se tiene sobre una tierra (casi) redonda, que gira alrededor de una estrella en un periodo de (casi) 365 días, y que éste a su vez es el centro del sistema solar.

No es posible poner como iguales ambas afirmaciones, ni se les puede dar el mismo valor. Es más, ni siquiera son debatibles entre sí. Una es producto de la imaginación, carente de todo sustento más allá de la imaginación, y el segundo está perfectamente demostrado bajo un estricto escrutinio de observación, reproducción y hasta predicción (Newton, Kepler). Y aún así, sí la ciencia se equivocara y encontrase evidencias de que somos el centro del universo o que la Tierra es plana, está abierta en todo momento a reconocer su error y hacerlo público. Lo mismo no se puede decir de las creencias basadas en la irracionalidad y el misticismo. Y una creencia como la “aparición” de la virgen en una rebanada de pan, no merece ser tratada sin sarcasmo ni ser tomada en serio.

Por esta razón no puedo estar de acuerdo en tomar como válido todo punto de vista y respetarlo, ni mucho menos que se me exiga. Como dijo Mauricio Schwarz: “El valor que una persona le dé subjetivamente a sus creencias irracionales no tiene por qué normar mi forma de actuar, de hablar, o mi crítica y difusión de los datos de la realidad”.


Hago mención de esto, no solamente porque me molesta que se me prejuzgue de satánico por poner en duda la gran faramalla de creencias religiosas que impera nuestra sociedad, sino también, porque el que las instituciones religiosas pretendan introducir sus ideas y que sean tratadas y respetadas al mismo nivel que la ciencia, son la causa y origen de muchos de los problemas que nos tienen sumergidos en la ignorancia, la falta de progreso y el odio entre grupos antagónicos (Franja de Gaza). No es posible que desde los niveles más básicos de educación se empiecen a introducir ideas de origen religioso para explicar cosas tan básicas como el origen de la vida, y darles el mismo valor y veracidad que la teoría de la evolución, por ejemplo.


Es un problema muy serio que ha llegado incluso a la exigencia de grupos radicales ante el estado para que se enseñen estas ideas en la escuela (Intelligent Design), como si tuvieran el mismo peso y valor que un hecho científico. Ya no se diga en México donde por defecto, introducen la religión en casi todas las escuelas privadas. No me encuentro peleado con la idea de que se enseñe religión en las escuelas, siempre y cuando se le dé  el peso, valor y credibilidad que se merece, enseñándoles a los niños a pensar por sí mismos dándoles las herramientas para que decidan con objetividad, no a base de imposición y miedo “si pecas te vas al infierno eternamente”.

Hacerle esto a los pequeños, también es el origen a que de grandes sean propensos a caer en otros engaños: la lectura de cartas, el horóscopo, el tarot, y sean víctimas de estafadores que intentan vendernos curas milagrosas del New Age (Ramtha) que más que beneficiarnos, podrían poner en verdadero riesgo nuestra salud al evitar métodos convencionales de la medicina. Dicho de otra manera, nos moldean desde pequeños para creer en fantasías, y... está bien hasta cierto punto; la infancia es para darle rienda suelta a la imaginación, creer en el ratón de los dientes, los Reyes Magos; pero tan ridículo es ver a un adulto poniendo su diente bajo la almohada para ver si recibe dinero, como aquel que cree que la Biblia fue escrita por Dios o que Cristo resucitó y se fue volando al cielo.



Pensar de ésta manera da pie a la intolerancia: ven antinatural el homosexualismo y el sexo fuera del “sagrado” matrimonio, discriminan a la mujer (¿cuando han visto una mujer “Sacerdote” en la iglesia católica?), promueven el racismo, el odio y la discriminación (KKK), ven sucio y pecaminoso el cuerpo, pero se les hace perfectamente normal mostrar un mediatismo brutal de un hombre clavado salvajemente, y herido hasta la muerte.

Estas personas podrían criticar el oscurantismo del pasado, la quema de brujas y la creencia antigua de demonios y seres fantásticos (aunque muchos contemporáneos aun creen en ellos), sin darse cuenta que se encuentran sumergidos en creencias igualmente sin sentido. A su vez, este mismo concepto ha evolucionado para adaptarse a la era moderna:  las alineaciones de energía cuántica, medicina alternativa, homeopatía, limpias, curación por medio de campos magnéticos, lectura de café o en seres imaginarios a los cuales, si se les reza (dicen), abogarán por nosotros. Se le llama irracionalidad cómoda: Es mejor creer que si se le reza a un Dios, éste evitará que el avión en el que viajamos vaya a estrellarse, obtendremos el trabajo, o un amigo enfermo o accidentado se curará. En otras palabras, es más cómodo y reconfortante no hacer nada (pensando que se hace), que realmente hacer algo útil cuando esté en nuestras manos.

Lo cual nos lleva a otra contradicción: ¿Por qué a muchos, les agrada el sufrimiento mental y a veces físico en pro de una deidad divina? Por mencionar solo algunas: peregrinaciones largas con los pies descalzos, antorchistas, vigilia, azotes, representaciones de la crucifixión (Iztapalapa), etc. Simplemente no tiene sentido, y es un tema que la psicología podría explicar mejor. ¿De alguna forma creen que el sufrimiento los purga de sus pecados pasados tal vez? o ¿es un tributo que nos pide Dios, tal como los Aztecas ofrecían el corazón a sus Dioses? Si éste fuera el caso, tampoco tiene sentido. De existir Dios (cosa que no niego ni afirmo), estoy seguro que no pediría iglesias, rezos, misas, religión ni nada de las tonterías que la humanidad ha realizado durante toda su existencia, pero ese es otro tema.

La religión, es probablemente, un mal necesario. Sin ella, miles no encontrarían la paz que tanto se necesita en momentos difíciles, ni la reconfortante idea de sentirse bajo el abrigo del “Padre”. Tal vez sin ella, personas que no valen mucho, serían incluso, peores de lo que son; no lo sé. Y bien aplicada (si tal cosa existe), debería ser algo que nos proporcione libertad emocional e interna, paz, respeto e igualdad mutua con nosotros mismos y la vida en el planeta, y no el origen de guerras santas, odios raciales y lapidaciones humanas (aunque quienes las realizan, probablemente las harían de todas formas bajo cualquier otro pretexto).

La libertad, va más allá de lo físico (aunque no quisiera estar en una cárcel Iraquí); existen prisiones para la mente cuyo origen es precisamente lo que intento explicar, el pensamiento mágico e irracional cuya objetación es prácticamente imposible, pues quienes lo profesan prefieren mantenerse en su burbuja de comodidad, a enfrentar la realidad tal y como es, lo cual de por sí es complicado por el problema de “percepción”, más aún si le agregamos “layers” de fé, donde creer “porque sí” es la norma, tomando como sustento creencias e ideas concebidas cuando la humanidad creía que la Tierra era plana, viviendo con miedo a cuestionar y pensar objetivamente, y pretendiendo otorgar validez a ideas que tienen la misma credibilidad que una historia de Jaime Mausan. Francamente, yo pondría en tela de juicio la estabilidad mental de un adulto que se tome en serio algo como el pecado original por ejemplo.

¿Se es libre siguiendo las reglas al pie de la letra (como los más fundamentalistas) de un libro (la Biblia) escrita por HOMBRES en una época con un conocimiento muy limitado del universo, de alta represión, ignorancia y miedo?. No digo que sea malo leer la Biblia, si no tomarse literalmente las escrituras como si no fueran susceptibles a errores, y si a eso agregamos tantas interpretaciones, como personas que la leen, surgen las incontables historias de crueldad y tristeza que suceden incluso hoy en dia. Es como tomar escritos de ciencia ficción escritos por Ron Hubbard y tomarlos como base para una religión llamada Cienciología. La falta de libertad se materializa cuando se intentan seguir reglas sin un sentido lógico y sustentable basadas en la fé. Mejor, vive haciendo el bien, acorde a tus propios ideales y valores sin tener la omnipresente idea de una recompensa o un castigo eternos. La única vida que existe es la que tienes hoy, aqui y ahora.

Si eres de los que se niegan a poner en duda sus creencias porque ”están bien fundamentadas”, piensalo dos veces, ya que seguramente estas en una prisión mental de ideas, miedos, inseguridades, remordimientos, culpas o dentro de la complacencia placibica de la irracionalidad cómoda, que lejos de facilitar la vida, te impiden ver el verdadero propósito de la existencia, ¿ser feliz?; y si siguiendo reglas irracionales crees ser feliz, reconsidera, talvez no tengas otra vida.