jueves, 6 de julio de 2023

El Patriarcado NO existe

Yo siempre apoyaré el igualitarismo, no el feminismo. Sin embargo, entiendo que en algunos países el feminismo puede llegar a tener sentido.

En Somalia se lapida a una mujer si practica un adulterio.

En Irán se dispara a una mujer si lleva mal colocado el velo.

Sí, hay lugares donde ser mujer es un infierno, Arabia Saudita, Mali, Mauritania, Yemen, Sudán, Nigeria, Catar, Níger, Irak, Kuwait, etc., y sí, adivinaron, muchos de los idiomas que se hablan en esos lugares, son de genero neutro, por lo que hablar como imbécil, no es apoyar a la mujer.

En México, y en general en el mundo occidental, no es el caso. Si eres mujer, te protegen mil veces más que a un hombre, a pesar de que el 99% de los accidentes laborales sean de hombres, a pesar de que se asesina a dos tercios más de hombres que de mujeres, a pesar de que más del 80% de los "homeless" recaiga en los hombres...

En el mundo occidental NO hay una violencia sistemática hacia la mujer. Y si aún con los datos sobre la mesa hay quien no ve lo obvio, adelante, lucha por lo que crees correcto, pero desde luego, dar palmas con tambores, cortarse las puntas bajo el lema "tijeretazo al patriarcado", llevar una camisa morada, hablar sustituyendo vocales por la letra "E" o "X", e ignorar las leyes que defiendes, NO ES LUCHAR, es tu ego que te lleva a creer que ayudas de alguna manera, cuando no sirve para nada.

Si de verdad tus intenciones son buenas, comienza por cuestionarte.

Nota: El patriarcado NO existe.

domingo, 28 de marzo de 2021

De Parejas Tóxicas y Acomplejados parte 1.

El hecho de criticar a una mujer porque muestre “de más” en sus fotos en redes sociales, o vista de forma “provocativa” y sexy, se me hace una idea completamente retrograda y “tóxica” como se dice coloquialmente, y envidiosa de parte de otras mujeres. Tambien hay hombres que se dedican a criticar las fotos que sus parejas o amigas suben a sus redes, demostrando lo inseguros, acomplejados, machistas y controladores que son. Mucho cuidado amigas, aléjense de cualquier hombre que critique sus fotos con el argumento de “está provocativa tu foto”, que les diga qué ponerse con la falsa mascara de -preocupación- porque según “muestra mucho” y en general cualquier tipo de control sobre su forma de vestir. Todos esos individuos son un mojón de acomplejados, inseguros, coge-queditos, jeringa-chica.

¿Y saben que es lo más hipócrita de todo? Que al mismo tiempo les ponen “me encanta” a las fotos de otras mujeres y siguen cuentas de chavas con poca ropa, guapas y jóvenes; es patético, asqueroso y repulsivo de ver este tipo de doble moral. Por otro lado del espectro, también hay que alejarse de las “amigas” que se dedican a criticarte por lo que subes y lo que no; solo ten presente que no te lo dirán en la cara, sino que hablarán mal de ti a tus espaldas. Si una amiga habla mal de otras amigas contigo, seguro hace lo mismo contigo, pero con sus otras “amigas”.

Tenemos banderas rojas y señales de alarma a las que deben prestarle especial atención. Esa pareja que controla, critica, etc., lo que publicas o lo que te pones, pero al mismo tiempo se la pasa dando “me encanta” y las fotos de otras mujeres. Es el mismo tipo de mentalidad enfermiza del siglo pasado sobre la esposa inmaculada que debe ser “santa” y puritana, y que para lo “sucio” se encuentra la amante. Puro -misionero- con la santa esposa que solo está contando los segundos para que el tipo quite su asqueroso cuerpo de ella. ¿Quieren estar con un tipo así?. Pienso que no deberías ni tener algún tipo de conversación o interacción con una persona con este tipo de mentalidad ¿para qué malgastas tu tiempo con un simio así?, ¿por qué tienes un novio con alguien así?. Son el principio de todas las señales de una persona tóxica a la que deberías prestar especial atención, que si no te alejas YA, terminarás aislada, controlada, sometida e infeliz. Lo peor de todo es que hasta te hacen dudar y piensas “tiene razón, esto es muy atrevido, este vestido es muy corto, es mi culpa si me ven feo, solo intenta cuidarme”.

En la siguiente parte abordaré los celos y a las parejas controladoras que deciden a quien sigues y a quien no, revisan tu teléfono, quieren saber con quien hablas y de que hablas, y/o te dicen que no debes tener ciertos amigos/amigas para aislarte de los demás y controlarte mejor bajo la falsa premisa de “preocupación por ti”.

TL;DR; Aléjate de cualquier persona que desee controlar tu vida, es decir, lo que publicas, lo que compartes, las fotos que te tomas, la ropa que te pones o los amigos que debes o no tener, lo que dices y como lo dices, etc. Es la primera de muchas señales de alerta roja a la que deberías de hacerle caso e irte inmediatamente de ahí.

jueves, 5 de noviembre de 2020

Mendigando amor

 Era el último cuarto de 1996 cuando aún me encontraba en proceso de recuperación tras el rompimiento de mi primer relación seria; y escuchar una y otra vez el álbum “These Days” de Bon Jovi encerrado en mi cuarto poco a poco dejaba de ser la rutina de cada día. Viajando al pasado, unos 6 años atrás, tuve un fugaz e inocente amor con una niña 2 años menor que yo; ella tenia 11 años y yo 13, sin embargo su desarrollo tanto físico como mental, la hacían parecer mayor que yo. Su mamá nos llevaba a diversos lugares para que pudiéramos vernos sin tener que usar el metro o tomar taxi. Nos gustábamos mucho, solo que (como hasta la fecha), las señales que me enviaba eran indescifrables para mí.

Un día, en algún parque de la CDMX estábamos recostados en el pasto, y jugando, terminó encima de mi cara a cara; mi corazón duplicó al instante su ritmo..., el tiempo se detuvo y nos dimos nuestro primer beso, de hecho, fue mi primer beso. A mis inocentes 13 años de edad no sabía cómo manejar una situación así, y el tiempo, las circunstancias y otros factores, hicieron que cada quien tomará rumbos distintos. Su nombre era Tulia, bonita, sencilla, divertida y demasiado desarrollada para su edad, precoz se queda corto.

Volviendo al año de 1996, a una de esas tardes en las que estás en cama buscando figuras y caras en el techo de tu habitación, me acordé de ella “que pendejo estaba, ¿por qué no hice florecer esa relación?” me decía. Fue entonces que como revelación, como quien tiene una epifanía, su número telefónico llegó a mi cabeza de la nada; no sabía que conservaba esa información en mi memoria (y aun la conservo; sí, me sé su número de teléfono aunque ignoro si continue siendo válido).

Después de muchos intentos fallidos en los pasados meses mendigando amor y atención por donde sea, tomé el teléfono, me armé de valor y marqué; estaba temblando y cada “ring” solo aumentaba la tensión y mi ansiedad. Después de esperar por casi medio minuto y a punto de colgar, una voz femenina y alegre contestó; era ella, Tulia. Fue un clic inmediato; platicamos tal vez un par de horas, y quedamos de vernos. Unos días después, con los huevos en la garganta por los nervios y la ansiedad previa a los re-encuentros de este tipo, encontré la dirección. En ese entonces no había teléfonos celulares, mucho menos algo parecido a Google Maps, la búsqueda era a la antigua, una búsqueda que me llevó al Estado de México relativamente cerca de las Torres de Satélite. Estacioné mi Caribe azul modelo 1985 a un par de casas y me quedé en el interior intentando calmarme mediante la respiración mientras limpiaba el sudor de mis manos.

Cuando agarré valor, toqué el timbre y ahí estaba ella, arreglada, radiante, sonriente, hermosa… toda una mujer a pesar de contar con tan solo 17 años (yo tenía 19 años), siempre fue una mujer muy madura para su edad, y demasiado precoz. Nos abrazamos y no pude evitar sentir como sus generosos senos se apretujaban sobre mi pecho sin que a ella le importara un comino. Fue el inicio de lo que prometía ser otra historia de amor digna de ser recordada. Como todo un caballero empoderado, le abrí la puerta del auto, subió, y nos dirigimos sin rumbo específico (o eso creía) a cualquier lugar que nos permitiera convivir, platicar, recordar… reconectarnos. Terminamos en un Vips donde nos atendió un mesero de 27 años que se comportaba de forma muy extraña; en ese momento no presté mucha atención a ese hecho; primera señal ignorada, en el primer día. Me volví a enamorar locamente al instante ese día, y el martirio* emocional que había estado viviendo desapareció, temporalmente.

Comenzó una nueva rutina; no éramos novios, pero tampoco teníamos trato de solo amigos. Dato curioso, le gustaba mi caribe y la velocidad; increíblemente sabía conducir bien y le dió unos buenos arrancones cuya adrenalina culminaba con un pasional beso, después de la risa y el alivio de haber burlado a la policía por exceso de velocidad y conducción imprudente. Era feliz. Mi rutina consistía en salir de la Nueva Santa María para llegar a Naucalpan cada fin de semana.

Llegó Diciembre, y con él, el día que me cambiaría la vida para siempre; uno de esos puntos de inflexión en los cuales años después te das cuenta que fue uno de los pocos momentos que se dan en la vida, en los que dividimos la realidad en dos; uno donde si hubieras tomado una decisión diferente, aparentemente sin importancia, tu vida hubiera sido otra completamente. Para ese entonces ya había ignorado algunas alarmas, como el pequeñísimo detalle de que aquel mesero que nos atendió el día de nuestro reencuentro era nada más y nada menos que el “ex” de Tulia. El-ex-no-vio !!. ¿Qué pedo?, y que yo estaba siendo usado para darle celos a ese muchacho que seguramente la dejó para evitar ir a la cárcel por andarse merendando a una menor de edad 10 años menor que él.

En fin, se armó la aventura, iríamos al paraíso terrenal de los chilangos, al oasis de meados en el agua y señoras con ropa aferradas a la orilla por no saber nadar, el centro de reuniones y pedas de la raza prieta de pelos parados de Tepito, Oaxtepec. Invité a mi amigo León, y ella llevaría a su mejor amiga y a uno de sus amigos (pretendiente y competencia por cierto, casual). Adelante iba Tulia manejando, yo a un lado, y nuestros 3 amigos sentados atrás; pasamos al Super para surtirnos de una botella del tequila más barato que encontramos, de esos que te dejan ciego, una botella de 3 litros de Viñareal, un par de six de cerveza al tiempo, pan bimbo, jamon, mayonesa y unos cigarros. No fumaba en ese entonces, ni sabía cómo, pero le hacía al cuento creyendo que fumando al lado de ella me vería cool.

Ya entrados en la carretera cerraba los ojos por momentos sintiendo el aire que entraba por las ventanas abiertas yendo a 120 - 130 km/h, dejándome llevar por esa sensación acogedora que estremece al corazón, estaba viviendo un sueño; abrí una lata de cerveza y me la tomé aunque me supiera a mierda, porque una cerveza al tiempo es todo, menos rica, pero “me hacia ver bien vergas”. Cabe destacar que casi nos matamos en la famosa Pera, ese tramo de la carretera a Oaxtepec en forma de la fruta que tiene caídas de varias decenas de metros y es fácil accidentarse; por el exceso de velocidad con que tomamos la curva inicial estuvimos a nada de caer al vacío… a nada. Es lo más cercano que he estado de presenciar un milagro… vivir; el inicio del fin había comenzado.

Llegando todo se desenvolvió casi como lo había imaginado, porque en un momento dado Tulia se encontraba abrazada de mi amigo, en la alberca, ambos en estado feliz, digamos, relajados por el alcohol. Yo no podía hacer ni decir nada sino tragarme los celos, frustración y coraje pues oficialmente no éramos nada. Me separé del grupo con el pretexto de revisar el auto que hacía sonidos extraños, y ahí me quedé, tomando Viñareal, impotente, encabronado, sin saber que hacer… solo. Lo que iba a ser un día épico lo fue, pero no de la forma en la que me había imaginado, y lo peor ni siquiera había comenzado.

De regreso manejé yo, ya que entre Tulia y mi mejor amigo ya casi se habían terminado la botella de tequila. Ebrios, comenzaron a besarse, tocarse, acariciarse y demás mientras yo, impotente, manejaba tratando de entender que carajos estaba pasando. En un momento dado el otro pretendiente se encabronó y se agarró a golpes (que ni sintió) a León estando en la fila para pasar la caseta de cobro, momento que aproveché para orillarme, estacionar el auto y calmar los ánimos. Al abrir la puerta, León cayó como bulto al duro asfalto; a la fecha dice solo recordar una llanta frente a él y la carretera sin tener noción de donde estaba o qué hacía ahí.

Era momento de dejar a todos en sus casas y mandarlos a todos al carajo; mi vida se derrumbaba ante mis ojos con la incapacidad (o los huevos) de no poder cambiar los hechos… otra vez. Decidí dejar a León en casa de uno de mis mejores amigos de aquel entonces, el cual vivía en Clavería y quedaba de camino para dejar a los demás. Toqué el timbre, salió, y le pedí ayuda para sacar al bulto humano y noqueado que era en ese momento mi querido amigo que volvió a besar el asfalto, como muerto escondido en un closet que cae cuando abres la puerta en una película de terror. Lo tuvimos que arrastrar hasta el interior de la casa y dejarlo boca abajo por si vomitaba, lo cual hizo durante toda la noche según me enteré después. No me quedó más remedio que llamarle a su madre en el teléfono público de la esquina para avisarle que su hijo estaba bien, ebrio pero completo, y aguantar su comprensible molestia.

Segunda parada, Naucalpan. No sé cómo (tal vez aun tenia la tonta e ilusa esperanza de poder voltear las cosas a mi favor), Tulia me convenció de ir al entonces famoso antro El Frogs. Una vez adentro, el caos comenzó de nuevo cuando se encontró de casualidad a un “amigo” supongo, porque en un descuido mío todo pasó de “leve esperanza” a “ella está bailando y fajando con un -amigo- al cual tenía tiempo de no ver”. ¿Qué carajos estaba yo haciendo ahí?, ¿por que no me fui?, ahora veo lo poco que me quería (a mi mismo). Me senté en una mesa en un rincón solitario lo más apartado posible del bullicio, estaba solo rodeado de gente. Jóvenes bailando y pasándola bien; tachas, alcohol, marihuana, sexo; nada de eso importaba. La estruendosa música se escuchaba como un susurro lejano en mi mente, mientras mis ojos se perdían en las intrincadas formas de la mesa de madera en la que me encontraba, ni siquiera noté que un mesero me estaba ofreciendo algo hasta que me sacudió de los hombros; todo se veía borroso; era como estar en una pesadilla de la que no puedes salir porque el pendejo de mi todavía pensaba que no la podía dejar ahí, sola, sin los medios para regresarla sana y salva a su casa como le prometí a su mamá que haría. Me habían partido el corazón por segunda vez en el año, y yo lo permití todo.

Dejé a Tulia en su casa a las 3 de la mañana, me despedí de su mamá pidiendo disculpas por el inconveniente estado de su hija, y me retiré a mi casa con unas basuritas que se me metieron a los ojos, los otros dos amigos ya se habían retirado por cuenta propia hacia unas horas pues vivían cerca. Me prometí no volver a mendigar amor, mientras manejaba en el periférico vació de la madrugada a 150 km/h como medio para sacar todo lo que llevaba cargando en mi corazón; el aire se estaba llevando lo que quedaba de mi. O moría, o me levantaba; ya nada importaba, había tocado fondo…

A los dos días sonó el teléfono, y justo cuando me disponía a contestar lo hizo mi hermana; era Tulia; mil cosas pasaron por mi cabeza en lo que me pareció una eternidad ¿Se iba a disculpar?, ¿Quería verme como si nada hubiera pasado?, ¿Recordaba al menos lo que había sucedido?, ¿Cuáles eran sus intenciones?. Sin saberlo, estaba en ese punto de inflexión donde de haber tomado otra decisión, mi vida hoy hubiera sido completamente diferente (efecto mariposa); tuve una corazonada, además de que seguía encabronado, y le hice señales para que le dijera que yo no estaba, colgaron. No volví a saber de ella nunca más.

Esa experiencia, fue la semilla que me hizo tomar el rumbo que me llevó al punto donde estoy ahora, pero esa, ya es otra historia. Lo bueno de estar en el fondo, es que no puedes bajar más, y todo es hacia arriba, ¿Qué más podía pasarme?. Bueno, la vida tiene una forma muy extraña de hacerte valorar lo bueno que tienes, porque ¿cómo puedes saber lo dulce que es lo dulce, si nunca has probado lo amargo?, (aunque la vida se encargó muy bien de restregarmelo en la cara más de una vez); mi paso por el infierno ya es un tour casual sin importancia y he aprendido a darle su merecido valor a las cosas. Amigos, sean felices y no se martiricen por pendejadas, y sobre todo, nunca, repito, NUNCA, mendigues amor.


*No era para tanto, pero a esa edad uno siente que se le acaba el mundo y que nunca más vas a volver a encontrar el amor. Ahora lo recuerdo y me da risa lo dramático que fui, y del poco amor propio que me tenía.

martes, 9 de junio de 2020

Unreported Truths about COVID-19 and Lockdowns

Siempre he sido de naturaleza escéptica y con lo del Covid no fue la excepción; había algo "fishy" que no me cuadraba y que medio mundo, literalmente, se tragó con todo y anzuelo, que obedece más a una agenda política y económica de los poderes mundiales, que a un problema de salud. Nos metieron miedo, nos encerraron, nos pusieron bozal, perdón, cubrebocas, etc., y hasta ley seca porqué "fuck you". ¿Pero el virus es realmente tan peligroso como nos lo han hecho creer? Publicando mi opinión sobre el tema, me he quedado sin amigos, otros han entrado como defensores de la "verdad" para decirme que soy peligroso, llamando monos cilindreros a todo aquel que apoyara mi opinión (cof cof Alex...), se han ofendido con mis parodias de limpieza de productos, etc. Pero aquí sigo, y seguiré cuestionando todo porque talvez, como me dijo una vez una amiga (gracias T.) yo sea una especie de "revolucionario moderno, anarquista" por decirlo de alguna manera. A mi forma de ver las cosas, solo soy un tipo común y corriente que tiene los huevos de decir lo que piensa, y a diferencia de lo que muchos creen, no soy ese radical que a veces parezco ser, ni conspiranóico; de hecho, parte de mi objetivo es desmontar bulos, supersticiones y pseudociencias. Mi mente siempre está abierta al cambio si se me presenta la evidencia o argumentos lo suficientemente convincentes, razonables y con un respaldo solido. Aquí una de mis controversiales conclusiones: https://pelos66.blogspot.com/2020/06/la-verdad-sobre-el-covid.html Y los sesgos de confirmación salen a la luz de forma inmediata, rechazando por defecto lo que va en contra de la idea preestablecida que nos hemos formado sobre algo, y enfocándonos en todo aquello que apoye nuestra visión, como menciona Rocío en éste video: https://youtu.be/b_I6WmatS2o No queremos saber la verdad; deseamos tener la razón. ¿A que voy con todo esto? Bueno, recientemente me he topado con éste libro que fue censurado por Amazon porque precisamente, cuestiona lo mismo que he venido cuestionando durante meses, y que gracias a la presión de Elon Musk, se pudo poner a la venta. https://www.amazon.com.mx/gp/product/B089P216NP/ref=ppx_yo_dt_b_d_asin_title_o00?ie=UTF8&psc=1 Unreported Truths about COVID-19 and Lockdowns: Part 1: Introduction and Death Counts and Estimates. Former New York Times reporter and prominent lockdown critic Alex Berenson provides a counterweight to media hysteria about coronavirus in this series of short booklets answering crucial questions about COVID. Aquí la noticia: https://www.cnet.com/news/elon-musk-tweets-break-up-amazon-after-coronavirus-ebook-temporarily-blocked/ En conclusión: no sean borregos, y no dejen de apoyarme aunque les digan "monos cilindreros" XD gracias por su apoyo.

¿La verdad sobre el Covid?

¿Neta tan poca gente se da cuenta que las medidas de confinamiento NO son por nuestra salud, sino que todo tiene fines políticos y comerciales? A los gobiernos les vale un metro de camote si te enfermas o no; el COVID es una forma de liberar presión y de colocarnos en posición necesaria para el colapso. Pero sigue engañándote pensando que encerradito eres un buen ciudadano, y que tu gobierno hace lo mejor que puede por tu salud. Ojo, no digo que la pandemia no sea real, ni pido que salgan a pasear como si nada, pero...
Si te quedas en casa encerrado.
Si las fabricas e industrias paran sus actividades.
Si a través del miedo, logras que los países y gobiernos encierren a la gente. ¿Qué se deja de consumir?
HIDROCARBUROS.
Estas en casa, no usas el coche, no ocupas gasolina. La fabrica cerrada, no usa luz, no usa gas, no usa diésel. Todo paralizado, transporte, aviones, etc, no hay uso de turbosina, ni de gasolinas, hidrocarburos y de sus derivados.
La gente deja de consumir derivados del petróleo.
Saldos:
Cerca de 100,000 muertos en todo el mundo (lo que es, realmente nada, en proporción a la población mundial), 42 países endeudados, 38 mil millones de petrodólares dispuestos del FMI
MILLONES DE FAMILIAS EN POBREZA EXTREMA, EMPRESAS EN QUIEBRA, MILES DE EMPLEOS PERDIDOS, GOBIERNOS POLITICAMENTE DESVASTADOS, ECONOMIAS HUNDIDAS POR COMPLETO (SOBRE TODO LATINOAMERICA)
¿Para que? Para forzar un FRENO GLOBAL, al consumo de crudo y derivados, y demostrar que EUA todavía tiene el control global y el poder.
La "Concentración", concentración de poder, de riqueza, de capacidad. Todas las formas de organización tienden a favorecer la concentración y a contener o subordinar a todos los individuos. El juego terminará cuando una sola consciencia domine todo, mientras tanto, los polos de concentración empiezan a conflictuarse (en este caso, los estados nacionales: China vs USA; Árabe vs Rusos; etc.).
Y antes de llamarme conspiranóico, les diré como suelen decirme algunos en tono condescendiente "te invito a que te informes", antes de opinar, y luego, como cereza del pastel del ego diré con el pecho inflado "Buena tarde".
Edición: Pero ustedes no están listos para tener ésta conversación (Insertar meme aquí).

martes, 26 de marzo de 2019

La GoldDigger

La última vez que nos vimos, fue encubriendo por última vez otra de sus aventuras en un viaje de trabajo que hizo con su jefe inmediato. Sabía muy bien a esas alturas de la vida cómo manejar a la gente, habiendo perfeccionado su capacidad de manipulación para hacerla imperceptible, e ingenuamente de mi parte, aún no me había percatado de ello a pesar de toda la evidencia que yacía ante mí. Recuerdo que el día anterior a aquella tarde, nos platicaba de un viejo amigo olvidado al cual no veía hace más de 20 años, que encontró rápidamente en Facebook, solo para citarse unas horas después y darse el lujo de cogerse al “guapo adolescente que la había rechazado años atrás”, mientras “dobleteaba” con su jefe esa misma noche. Y aún usaba su argolla de matrimonio.

De clase media, media-baja, belleza por debajo de los estándares noventeros durante una adolescencia no muy dócil con ella, y con nombre y apellidos tan comunes como un Godínez, López o Pérez, estudiamos juntos en una escuela donde existía una disparidad muy marcada entre los populares y los recluidos, los “inteligentes” y los “burros”, los favoritos de los profesores, y aquellos marcados con el sello de “perdedor”. Nosotros pertenecíamos a este último grupo a la vista de los que dominaban aquel reino estudiantil. Aunque sus calificaciones no eran malas, el ambiente no ayudaba en nada ante los complejos con los que creció, debido a sus carencias económicas y ser el patito feo. Ésto, sembró la semilla, o tal vez solo hizo germinar lo que ya estaba ahí.

En retrospectiva, ahora entiendo por qué solo se rodeaba de hombres; le gustaba ser “La Reina”, el centro de atención de un grupo de machos en disputa por la hembra alfa, quienes en su momento le declararon su supuesto amor, sacando el máximo provecho de los cambios que tuvo en su físico al final de su adolescencia; no era una belleza, pero ya no era la niña fea llena de espinillas y dientes con frenos, era una mujer con buenas tetas. Debió ser en esa etapa de su vida, cuando se fijó el propósito de ser deseada, popular, “de lana” y “de mundo”; una mujer “bien” que pudiera hablar con sus igualmente pudientes (y envidiosas) -amigas-, sobre sus viajes a Houston, mientras hacía ejercicio en un “gym” de Polanco o Santa Fé. Su plan inicial era (palabras literales) “voy a ligarme a un güey de dinero del Tec.”, según le confesó a uno de sus mejores amigos con una frialdad calculadora. Años después me daría cuenta, que ese plan se quedaba corto.

Se casó, efectivamente, con un muchacho de “familia bien” del ITESM, con una posición económica envidiable, panzoncito, simpático y verdaderamente una buena persona cuya familia se opuso desde el inicio a la boda, pues le decían que únicamente se estaba casando con él por su dinero. Además de haber sido una amiga a quien yo quería, era tan buena manipulando, que incluso yo creía que la familia del muchacho estaba equivocada, que ella realmente lo amaba, a pesar de los detalles que la delataban y me negaba a ver, cómo las veces que me platicaba que en la intimidad no eran nada compatibles, por lo que evitaba lo más posible esos momentos, no le gustaba, “no se sabe mover”, “está gordo”, decía, aunque ahora que lo pienso, pudo haberlo rechazado también, para evitar los adjetivos que se le adjudican a las personas que obtienen un bien económico, a cambio de dar un poco de “carne”.

Pero nunca fue suficiente. Deseaba subir más en los codiciados escalones empresariales y sociales utilizando sus dotes femeninos para tal efecto, y de ser necesario pondría la pierna en minifalda sobre el escritorio de algún directivo de alto rango; le fue fácil subestimar el poder que los hombres en esos niveles pueden tener, pero asumió el riesgo y dejó pasar los abusos, haciendose la victima cuando la cosas no salían bien; y así cayó sin paracaídas en una espiral de manipulación, sexo y poder, que sentó la base para poder terminar con su matrimonio años después. Estaba dispuesta más que nunca a no perder su estilo de vida, y ya estaba encarrilada con lo necesario para poder seguir ascendiendo sin la ayuda del esposo que supuestamente no la sabía satisfacer sexualmente, ni se preocupaba, según ella, de verse mejor.

El marido ganaba un buen billete y se encargaba de la totalidad de los gastos del hogar; aparte le daba una generosa parte a ella mensualmente. Eso, más el dinero que ella misma ganaba y usaba en un 100% para sí, le permitió llevar la vida de ensueño que siempre había deseado. Llegó su primer época dorada; arreglos físicos (operaciones), procedimientos de belleza con aguacate importado de las tierras sagradas, maquillaje comprado en Miami, ropa de marca, bolsos cuyo precio solo está en dolares, spas, masajes, viajes, autos deportivos, etc; y aunque seguía siendo una flacucha sin chiste, llamaba mucho la atención por tener un generoso busto, llevar escotes generosos en ropa cara, y portar accesorios y maquillaje de estrella de cine;, ya se movía en las altas esferas gracias a los contactos de su marido. Estaba viviendo una fantasía.

Recuerdo como con un énfasis casi enfermizo, reiteraba que le encantaría que todos los de la escuela la pudieran ver ahora, para que se mueran de envidia o se arrepientan aquellos que la rechazaron en el pasado. Mientras que las guapas de la escuela se habían aseñorado o eran perdedoras casadas con un calvo y panzón, ella era un Cisne en casa de oro iniciando los 30. Y así fue; se dió el boom de FaceBook y su red de contactos comenzó a crecer lo que le permitió organizar o ir a reuniones de ex-alumnos, de esas donde entras con curriculum en mano.

Se separó de su esposo más o menos por las mismas fechas que yo estaba en proceso de divorcio, lo cual nos acercó un poco más al tener problemas en común, y me tocó ver de primera su ascenso. En una reunión donde estuve presente, llegó con su deportivo de medio millón de pesos el cual compró de contado porque estaba “depre”, y necesitaba levantarse el ánimo. Se regodeaba de la envidia y las miradas de deseo de los ex-compañeros, y al ser una mujer libre de poder acostarse (oficialmente sin remordimientos) con quien quisiera, sobraban las propuestas y se daba el lujo de irse a la cama con quien escogía y se le antojaba en esos momentos.

Pasó el tiempo y yo aceptaba su comportamiento porque, bueno… uno solapa a veces a los amigos aunque hagan locuras y se les apoya; además soy muy abierto y la quería. Desde siempre la apoyé y la consideré como una verdadera amiga; pensé que era recíproco. En los últimos años llegó a utilizarme como tapadera, apoyo moral, psicólogo, consejero, chofer, y no sé qué tantas cosas más (no, nunca nos acostamos ni quisimos hacerlo). Finalmente, los que éramos sus dos mejores amigos, quienes la queríamos desde que era una niña flaca, fea, sin chiste y sin varo, ya no estábamos a su altura y no cabíamos más en sus planes a futuro; de la nada se inventó algún pretexto sacado de su sociopatía y cortó todo el contacto con nosotros. Exprimidos hasta el final, como lo fue su marido, ya sin jugo nos tiró a la basura.

Lo último que supe, es que alcanzó el pináculo en la esfera social; se casó con un ingenuo extranjero adinerado de ojos azules, probablemente más joven que ella, en un lugar remoto del mundo, con un vestido blanco y hermoso que pudiera esconder la negrura del alma de una persona que aspiró demasiado humo, al quemar un pasado de orígenes innombrables; obviamente hubieron cientos de fotos en todas sus redes sociales, donde destacan los comentarios de los ex-compañeros de escuela, a quienes siempre quiso impresionar. Puedo imaginar su rostro al pensar “tomenla pendejos” mientras responde un comentario con un “gracias amiguis, la boda de super lujo, disculpa la no-invitación a los Emiratos Árabes, pero fue algo muy íntimo y rápido”.

Lo mas cagado serán los apellidos de sus hijos, si sus cuarentas se lo permiten; algo así como “Derek Cumberbatch Godinez”. Ésta historia continuará... (Farewll I.P.G.)

lunes, 12 de febrero de 2018

El Retiro

“Pongan a todas en fila y viendo de frente”, dijo de forma autoritaria y contundente, mientras caminaba de un lado a otro de la habitación con las manos agarradas detrás de su cuerpo, y con un halo de ansiedad. Pero no una ansiedad nacida de un nerviosismo desagradable, sino como la un animal carnívoro en cautiverio a punto de ser alimentado; su espalda estaba encorvada, era completamente calvo de la parte superior de la cabeza, vestía de blanco, y sus cejas pobladas y largas acentuaban la mirada de desprecio y aberración que lo distinguen; en ocasiones como ésta, su mirada demoníaca era suficiente para que todos los presentes siguieran sus órdenes inmediatamente, y sin la más mínima vacilación. Las jóvenes desnudas, oscilaban entre los 14 y 18 años de edad; todas hermosas, eran revisadas minusiosa y personalmente por el Padre Macip Limón, un hombre -ordenado- de la vieja escuela. En un momento dado, cacheteó tan fuerte a una jovencita, que ésta terminó en el piso, “Llevatela a depilación”, ordenó a uno de sus ayudantes, “¡Creo haber sido claro la última vez! NO pueden venir sin una limpieza TOTAL; No quiero ver un solo pelo debajo de sus cabezas”. Antes de que pudiera continuar con la revisión, otras cuantas muchachas salieron rápidamente de la fila en la misma dirección en la que fue llevada la mujer golpeada.

El retiro espiritual en el que desperté, sin tener el más mínimo recuerdo sobre el como llegué ahí, había dado inicio. Nos tenían a todos en la capilla principal, en ropa interior y sentados en las bancas; todos éramos hombres de no más de 20 años de edad; nos mirábamos entre sí, intentando encontrar respuestas a preguntas que no sabíamos ni como formular en primer lugar, pero nadie se atrevía a abrir la boca, ya que en cuanto alguien comenzaba a hablar, era silenciado por un contundente golpe en el estomago por uno de los hombres que nos cuidaban. Calculo que habrán sido unos 40 en total, todos vestidos de sotana negra, 2 en cada extremo de un grupo de 20 bancas, ubicadas en 2 filas de 10, como en todas las iglesias. El Padre Macip entró caminando por el pasillo principal seguido de un grupo de mujeres desnudas. “¡Silencio Pecadores!”, retumbó su voz en medio del barullo; varios muchachos fueron silenciados. Macip se inclinó ante la cruz, balbuceó algunas palabras y continuó su camino hasta el altar.

“Nos encontramos aquí… en la casa de nuestro Señor. ¡Ante los ojos de DIOS!, para probarle nuestra fe, fuerza y devoción; para así ser dignos de su amor eterno… para ser rescatados del pecado… para ser… purificados. Ante ustedes se encuentra una de las pruebas que tendrán que pasar, para demostrar que, como fervientes feligreses, están preparados para recibir la gloria eterna. Retiren sus calzones; pasenlos a su compañero de al lado. Los de la derecha, a la derecha, y así. Los hombres parados a cada lado de las bancas, recibirán las prendas.”

Confundidos, y tras una breve vacilación, comenzamos a quitarnos nuestra única prenda y las fuimos pasando a nuestro compañero de al lado; finalmente todos estábamos desnudos, menos los hombres de sotana. Me llamó la atención un muchacho sin piernas que iba en silla de ruedas, pero nada más. Macip esperó impaciente, antes de seguir hablando.

“Cada una de las mujeres aquí presentes, se sentarán en sus piernas, sobre sus miembros. Ésta es la prueba de la lujuria; quien presente una pecaminosa erección será purificado”. El muchacho en silla de ruedas, soltó una carcajada y fue cuando me fijé más detalladamente en él. ¡No tenía pene!. Al parecer lo perdió junto con sus piernas en cualquier accidente que haya tenido. Con mirada severa, el Padre Macip dio la orden de que se lo llevaran inmediatamente al cuarto de purificación. Dos de los hombres con sotana negra lo cargaron, y se lo llevaron lejos del lugar. Las muchachas comenzaron a acomodarse sobre cada uno de nosotros; ya podía sentir como mi sangre comenzaba a fluir a las partes bajas de mi cuerpo. Una vez en su lugar, bajó una pantalla de unos 5 metros de ancho donde comenzó a proyectarse una filmación sobre la vida de Adan y Eva versión pornográfica. Cada ciertos segundos, una chica levantaba la mano y gritaba “¡Aquí!”, y el muchacho, con el pene erecto, era llevado del lugar escoltado siempre por los hombres de la congregación.

Macip observaba con regocijo, siempre con las manos por detrás, con ojos de maldad y satisfacción; disfrutaba ver como luchábamos contra todo instinto, por no reaccionar ante tan carnal situación. En un momento dado le dije a la muchacha que estaba encima de mi, y las que se encontraban a mi alrededor, “no tienen por qué hacer esto ¿por que se rebajan?, por favor, no digan nada y nosotros haremos los posible para ayudarlas también…”. Fui interrumpido por la chica de la derecha, quien comenzó a besarse con “mi” muchacha quien ya se contorsionaba sobre de mí, en un intento por hacer que me lleven al cuarto de purificación. “¡AQUI!”, gritó finalmente.

Me llevaron por un pasillo alterno, agarrado fuertemente de los brazos por los hombres de sotana. Al entrar al cuarto, vi como todos los muchachos eran violados por los mismos hombres de Macip, 2 o 3 a la vez. Uno lo penetraba, y los otros untaban sus miembros en la cara del muchacho en proceso de purificación, y luego intercambiaban de lugar mientras mis amigos rogaban por que esto parara. El chico sin piernas, yacía tirado a un costado envuelto en un charco de sangre, respirando con dificultad y con moretones en todo su cuerpo. Sus parpados estaban tan hinchados, que no se podían ver sus ojos; su rostro era una masa deforme e irreconocible. Tuve suerte de no ser sometido al procedimiento inmediatamente, por “falta de personal”, así que mientras esperaba, pensaba en alguna forma de escapar. Aquello era una orgía surrealista de la cual parecía no haber escapatoria.

Todos los muchachos estábamos ya, ahí en espera de ser sometidos, cuando Macip y su grupo de mujeres desnudas, entraron a la habitación.

“Todos los que están en espera, salgan del lugar. Serán acompañados por su correspondiente mujer hasta el camión de afuera, el que se resista, será severamente castigado”.

Las chicas, nos tomaron del pene como quien lleva a un perro de su correa, y nos condujeron a la parte exterior del cuarto. A unos 30 metros se encontraba un camión encendido; subimos para ser conducidos a otro complejo, nos dijeron, donde habría personal suficiente que nos “atendiese”. El trayecto era el paraíso y el infierno a la vez; las chicas nos daban sexo oral y cualquiera que presentase una erección, era sometido al instante por uno de los hombres. Cuando se disponían a “purificarme”, el camión se salió del camino porque el conductor no podía dejar de mirar por el espejo retrovisor; volcamos y salí volando por una de las ventanas para finalmente caer entre los arbustos. Muchos fueron aplastados por el camión, muriendo al instante. Tras asegurarme que estaba bien, salí corriendo junto con otros dos muchachos, en dirección opuesta a donde veníamos. Después de 30 minutos de correr entre los arboles, varios helicópteros sobrevolaban el lugar iluminando los arbustos pues ya se había hecho de noche.

“Ey, por aquí”, dijo una voz femenina. Era una de las muchachas del retiro, que nos estaba haciendo señales para que la siguiéramos. No estaba seguro si confiar en ella o no, pues no tenía la certeza sobre que tan de acuerdo estaban las chicas con dichos procedimientos, si eran obligadas o no, o si eran parte del torcido ritual del demente de Macip. Parecía no tener otra opción que seguirla. Nos condujo a una cabaña abandonada en medio de la nada, donde había otras 6 o 7 personas entre hombres y mujeres, cubriendo su pudor con lo que encontraran. La chica, de unos 16 años de edad, comenzó a hablar conmigo con mirada perdida, viendo hacia el suelo, sentada y con las piernas pegadas a su pecho, “aquí fue donde me iniciaron hace apenas 6 meses… me dijeron que lograría la vida eterna… que tonta fui… abandonaron la cabaña cuando construyeron la iglesia de donde venimos, pero no tardarán en encontrarnos”. No sabía que decir, así que me limité a escucharla mientras pensaba cual sería el próximo movimiento, “algunas chicas, son iniciadas desde los 5… les lavan el cerebro muy pequeñitas (suspiró con tristeza)… inician sus labores al cumplir los 14 años convencidas de que todo obedece a un plan divino, un bien mayor… son víctimas de la secta. Una vez dentro, no hay forma de salir con vida…” comenzó a llorar así que la abracé para calmarla y consolarla, pero con mis sentidos alerta e intentando yo mismo pensar fríamente para salir de aquella situación; le hice un par de preguntas para averiguar donde estábamos exactamente y como es que habíamos llegado ahí; ella hablaba casi para sí misma, “… estamos a 50 kilómetros de la ciudad, nos hallarán… que tonta fui, debí quedarme pero no podía soportarlo más… Luci, me pregunto donde estarás ahora… Sabes, tuviste suerte, las otras pruebas no son más que pretextos para que abusen de ti una y otra vez, y cada vez los traen más jóvencitos… todo hasta que te quiebras y te unes a ellos, te lavan el cerebro… o mueres en el proceso. No sabes como llegaste ¡verdad!. El Padre Macip es amigo íntimo del Cardenal, así que tiene los recursos y medios para llevar a cabo sus atrocidades… yo estaba en situación de calle cuando una conocida me habló de la congregación, así que fui a diversas pláticas sobre Dios, donde nos hablaron de su amor, su misericordia, su voluntad, y de que sería parte del grupo de salvadores… nunca imaginé lo que vendría después. Cuando no estamos en retiros, nos llevan a las fiestas privadas de los políticos más poderosos del país, en nombre de Dios… ja, en el nombre de Dios… irónico ¿no?”.

A lo lejos se podían escuchar los helicópteros, y lo que pensé, eran disparos. “¡Miren lo que encontré!, gritó uno de mis amigos. Eran 4 sotanas negras; no lo podía creer. Armamos rápidamente un plan. Nos haríamos pasar por hombres de la secta que lograron encontrar y ”rescatar“ a las muchachas que nos acompañaban en ese momento. Los que no alcanzaron sotana, serían nuestros prisioneros y nos infiltraríamos en el lugar del retiro para robar un vehículo y escapar de ahí. Todos estuvimos de acuerdo.

De regreso a la finca “El Retiro”, Macip daba órdenes de llevar de regreso a la capilla a cada uno de los muchachos que habían capturado, y les dio armas de fuego a los cada uno de los hombres de Sotana, así que estábamos armados. Nos dirigimos todos juntos, para permanecer identificados entre nosotros, a la capilla. Al entrar, vimos que varios de los muchachos que habían sido “purificados” horas atrás, estaban hincados rezando en las bancas. Algunos sangraban del ano, y otros tenían heridas profundas hechas con navajas o cuchillos en diversas partes del cuerpo. Una vez acomodados, Macip se dirigió al frente con un retrato, de 1 metro cuadrado, de Jesús. Cuando todo estuvo en calma, lo rompió en pedazos con una furia desgarradora. Al terminar, atenuaron las luces del lugar y comenzó a hablar.

“Esto es lo que le han hecho a nuestro Dios… lo han insultado… lo han ofendido, y ofender al Señor es una falta muy grave que se castiga con lapidación. Él, decidirá quien vive y quien no… si mueren, irán al INFIERNO (ésta palabra la dijo con singular placer y furia), si viven, ¡habrán sido bendecidos con el perdón de nuestro misericordioso!, ¡Del todo poderoso!”

Macip continuaba hablando cuando noté que una de las chicas que no era de nuestro grupo nos observaba con mucha atención, entonces se desató el caos “¡SON ELLOS, SON ELLOS!”, gritó señalandonos, “¡Esos 3 no son elegidos!”. Cargué mi arma y corrí en dirección al Padre lo más rápido que pude, mientras mis dos amigos disparaban al resto de los hombres. Todo pasó muy rápido, por lo que no tuvieron la oportunidad de detenerme hasta llegar con Macip. “Si alguien intenta algo, ¡está muerto!, ya no tenemos nada que perder”, grité a los presentes mientras sometía al padre y le apuntaba en la cabeza. Sinceramente, estaba dispuesto a morir ahí mismo, antes de permitir que me lapidaran y vivir un infierno mayor si es que sobrevivía. “Los de mi grupo, vengan conmigo”. Rápidamente se acercaron, y en el proceso, los muchachos que podían caminar se nos unieron, desarmando a los hombres de sotana que no sabían muy bien que hacer y nos apuntaban. También algunas chicas se unieron a nuestro grupo.

Es muy probable que algunos de los hombres de sotana recordaran en esos momentos, que ellos mismos habían estado de otro lado, por lo que no hicieron mucho por intentar detenernos, mientras que los más “veteranos”, no dejaban de apuntarnos, y también estaban dispuestos a morir antes de permitir que nos llevaramos a su líder, aunque no tenían muchas opciones disponibles. “¡Calma, no disparen!”, repetía Macip a sus allegados. Se había orinado. Él no estaba tan dispuesto a morir después de todo. Cerró los ojos y comenzó a rezar mientras lo llevábamos con nosotros hacia otro camión cercano.

Fue así como pudimos escapar. Teníamos pensado matarlo pero no podía irse sin sufrir un poco, así que tomamos un crucifijo de tamaño considerable que tenían colgado en una de las paredes del camión, lo desvestimos, y se lo introdujimos entre las nalgas lo mas profundo posible; después a la boca, y de regreso, sucesivamente. Se desmayó con su cruz en la mano, y fue entonces que recibió un tiro en la cabeza.

Ignoro qué habrá sido del resto del grupo. Una vez en la ciudad, cada quien se fue por su lado. Hoy, 10 años después de aquella experiencia, me he enterado que han proclamaron santo, a Luis Macip Limón. Sinceramente no creo ni en el cielo ni el infierno; estos son terrenales y se encuentran aquí mismo en la tierra, y somos los mismos  hombres quienes propician uno u otro. Pero si es que existen en “el más allá”, sé, San Luis, que estarías pudriendote en el infierno.