La vida es cabrona; que no se ponga en tela de juicio. Hay muchos mundos, pero estas en éste. Hay muchas vidas, pero están en ti. Algunas veces la sensación de tocar fondo es abrumadora, no existe más que dolor, vacío, impotencia.
Impotencia, que palabra tan profunda. En lo personal no existe peor sensación que la impotencia. Piensa un momento en lo que implica y las situaciones en las que sabes que no está en tus manos el resolver un problema. Cuando has agotado todos los recursos y no queda más que vacio en el pecho, como una daga, que te recuerda en cada segundo que ya no es posible hacer nada. Y sin embargo existe la contraparte de la impotencia, la mejor sensación igualmente para mí, el alivio.
El alivio, sobre todo justo después del dolor (cualquiera del que se trate), es una de las experiencias más sublimes que podemos experimentar, cargada de un sinfín de sentimientos cuando un gran dolor viene precedido del alivio. Piénsalo un momento. Tal vez puedas decir que existen otras sensaciones más sublimes, y es posible que sea verdad, sobre todo cuando el alivio experimentado viene de un dolor no tan fuerte. Pero, ¿y cuando el alivio llega después de una gran sensación de impotencia?.
Por ejemplo recibir la noticia de que alguien a quien se ama mucho ha muerto en un accidente. Debe ser horrible y deja una gran sensación de impotencia, puesto que no hay nada que hacer. Pero al enterarte posteriormente que esa persona está viva, por ejemplo, porque no iba en al auto o no abordó el avión que se estrelló; debe ser la mejor sensación que un ser humano pueda experimentar, cargada de un mar de emociones.
A veces me pregunto cómo podemos vivir cargados de tantas emociones, a veces placenteras otras tantas abrumadoras. Es tentador dejarse llevar. ¿Y porque no dejarse llevar por la risa, la dicha, el amor? También es tentador dejarse llevar por la ira, el enojo, la desesperanza. Lo cual es saludable en cierta medida. ¿Pero vivir abrumado, preocupado, enojado todo el tiempo y sin saber porque? Que aterrador. Pienso que siempre hay una solución a todo, el único problema es lo difícil que puede resultar verla.
Sé que parecen reflexiones de un tipo en su mediana vida tratando de dar un mensaje de “se feliz, la vida es corta”. Y sí, es corta, pero no tan corta como la de éste pequeño gorrión al que le di unas horas más de vida al ponerlo en un lugar seguro, después de tomarle la fotografía. Estaba herido y no podía volar; los autos le pasaban por encima indiferentes. Cuando no pasaban los coches, las demás aves llegaban volando e increíblemente se paraban junto a él, como tratando de reconfortarlo. Es como si supieran que sus minutos estaban contados.
Tal vez terminó como comida de gato, murió a causa de sus heridas, o volvió a caer a mitad del pavimento y se fusionó con el asfalto tras la aplastante presión de un neumático en movimiento. Si fue así, tarde o temprano lo acompañaremos en el otro mundo. ¿Esperaremos a tener las alas rotas para darnos cuenta, cuando tiempo desperdiciamos enojados, preocupados, tristes y cuantas veces dejamos ir esa sonrisa?.
Intenta ser feliz mientras aun puedas volar, y cuando ya no, recuéstate y reconfórtate de haber tenido una vida plena, aunque sea al final. Tal vez solo entonces sabremos cual es
El Significado de la Vida.
