Se ha hablado sobre el fin del mundo desde tiempos inmemoriales, pasados remotos que se extienden por siglos hasta casi el inicio de la civilización moderna de la raza humana. Guerras, pobreza, hambre, pestes, crisis que han desmoronado imperios cuyo legado ha quedado grabado en los libros de historia, para recordarnos lo que hemos de impedir, para obligarnos a mirar en retrospectiva el cauce de nuestro destino. Civilizaciones enteras han sucumbido ante las crisis, invasiones de imperios poderosos, desastres naturales y hasta intervenciones divinas según algunos creyentes, todas pronosticando el fin de los tiempos, el inevitable apocalipsis que, se dice, traerá la destrucción no de un imperio, si no de la vida entera del planeta.
Todas estas manifestaciones del más puro miedo primitivo, su origen se encuentra a menudo en la misma naturaleza del hombre, el cual tiende a sentirse especial y parte de algo mayor: imaginar que es su presente el que definirá el futuro de la humanidad, lo que es parcialmente cierto pero en el pasado esto aplicaba en grado mucho menor, mas localizado digamos. Sin embargo, esta sensación no ha sido algo tan real y tangible en el pasado como lo es hoy, pero antes de dar mi punto de vista, un pequeño pre-ambulo:
Como he mencionado con anterioridad, si juntamos todos los avances científicos de toda la historia conocida del hombre, no se comparan con los que hemos tenido en los últimos 50 años. Es increíble la capacidad de procesamiento que tenemos en nuestras computadoras de mano, que es mucho mayor que una súper computadora de hace 30 años, o menos. La información se encuentra al alcance de un par de clics y cada 18 meses según la Ley de Moore, ésta capacidad de procesar información se duplicará en velocidad. Ya se están comenzando a desarrollar los primeros procesadores de grafeno los cuales permitirán tener computadoras de velocidades hasta ahora imposibles. En algunos años tendremos las primeras computadoras cuánticas, que trabajaran en base al grado de inclinación y frecuencia de vibración de electrones individuales para determinar el valor del bit (el cual ya no será bit, si no un nuevo término que defina el estado del electrón mas allá de 1 y 0) y aproximadamente en 40- 50 años tendremos la capacidad de generar inteligencia artificial que pueda pasar el Test de Turing (una prueba con una serie de preguntas que se le hacen a una I.A. donde el aplicador es incapaz de distinguir si quien da la respuesta es una persona o un ente dotado de inteligencia artificial).
Desafortunadamente, por primera vez en la historia también tenemos la capacidad real y tangible de destruirnos en masa, literalmente. El arsenal nuclear del mundo ha llegado a la grandiosa cantidad de más de 20,000 armas de destrucción masiva (sabemos lo que una es capaz de hacer). Es ésta generación, la nuestra, la que por primera vez en la historia del planeta, tiene la capacidad de definir el futuro real del hombre sobre la tierra. Es hoy cuando la voluntad política, nuestra madurez como sociedad y las decisiones de nuestros gobiernos entre muchos otros factores, van a sentar inexorablemente el destino final de la humanidad determinando si seremos capaces de pasar la barrera del uranio.
La barrera del uranio, es un punto culminante de toda civilización tipo 0 que se encuentra en vías de expansión tecnológica. Toda inteligencia en el universo que evolucione hasta desarrollar una civilización, tarde o temprano descubrirá la energía nuclear. Se dice “Barrera” al ser un tope en el desarrollo, que solo será superado cuando dicha civilización haya logrado pasar a un estado de madurez más allá del “adolecente” el cual es inconsciente, impulsivo y autodestructivo. Como raza en éste planeta, aun somos adolecentes egoístas y autodestructivos, explotando los recursos naturales del planeta sin pensar en el futuro y anteponiendo los intereses nacionales (¿personales?) al bien común. De sortear la Barrera del Uranio, habremos dado un gran paso evolutivo, y de madurez como sociedad, que nos permitirá unificar al mundo en un gobierno común, una sociedad de humanos sin nación, sino como simples habitantes del único planeta en el universo, del cual se sabe, tiene vida. Y sin lugar a dudas, es ésta generación de seres humanos sobre la tierra, NUESTRA generación la que definirá el último futuro del hombre en el universo.
2 comentarios:
De acuerdo en todo. Estamos en un momento de la historia trascendental. Tenemos en la punta de los dedos el cambio más importante que tendrá lugar en el planeta desde que apareción la vida, y tiene que ver con la IA.
Saludos cordiales
me encanta el fin del mundo.. no creo paris que madure nuestra generación.. demasiado enferma... desgraciadamete todas las maravillas que crea ese adolescente las usa para su diversión y autodestrucción, me consuela un poco saber que no tiene idea de ello, y piensa sólo que.."ya pasará"
Publicar un comentario